La nieve sumerge a la viña en un dulce y reparador sueño

Dice el sabio refranero popular aquello de «año de nieves, año de bienes». En el caso de la viña, las nevadas de mediados de enero en la zona productora de Utiel-Requena son tremendamente beneficiosas tanto para la cepa como para el suelo por varias razones.

La primera de ellas es que supone unas reservas hídricas impresionantes. «La nieve acumulada filtra despacio y sin ningún tipo de desperdicio llegando por igual a todas las zonas de la viña, ya sean las zonas hondas o las laderas, a diferencia de lo que ocurre con las grandes lluvias en las que el agua corre y se acumula en alguna zona concreta. En el caso de la nieve, ni una gota de desperdicio», señala Rafa Navarro socio fundador de Hispano Suizas y responsable de toda la viticultura del proyecto.

La segunda es que detiene el tiempo para la viña. «El frío se mete dentro de la planta y es como si la congelara, como si la mandara a dormir unas semanas, al tiempo que la purifica de posibles infecciones de hongos o plagas», nos explica Rafa.

La tercera razón es el bien que supone para los suelos. «Ese agua filtrada y las bajas temperaturas que la congelan, hacen que la tierra se torne mullida y esponjosa. Digamos que prepara el terreno de una manera natural», señala Rafa Navarro.

Y todo esto en qué se tangibiliza, pues en que la planta esquivará de manera natural las heladas tempranas que suponen una seria amenaza cuando llega la brotación en primavera. «Esa brotación tardía será también frondosa, lo que en principio supone unos excelentes pilares para la futura añada, aunque como siempre dependerá de lo que ocurra a nivel meteorológico el resto del año», concluye Navarro.

La viña está durmiendo. La nieve la ha arropado con ternura durante unos días y, como si fuera un niño, cuando se ha dormido se ha ido escondiendo bajo sus pies en forma de agua. Cuando despierte lo hará con fuerza y vigor y habrá superado el peligro de las heladas en la fase de brotación apuntando a una gran añada. Porque el refranero es muy sabio.